Te estoy viendo ahora mismo. Entras en el supermercado, coges tu carro de la compra, sacas la lista si la has hecho y la tienes a mano (a veces se nos pierde por el bolso y aparece meses después) y empiezas a buscar todo eso que necesitas para llenar la despensa.
Galletas para desayunar, cereales, café, pan de molde, mermelada, fruta, huevos, pasta…Hay de todo, pero el problema es que de cada cosa que necesitas encuentras una gran variedad y no sabes cuál elegir. 25 galletas diferentes, 30 cajas de cereales de 7 marcas distintas, mermelada de todos los sabores, tamaños y formatos. Entonces, ¿qué haces para elegir si no tienes claro todo eso? Leer y leer. Necesitas que algo te haga decidir cuál escoger y para eso lees sus ingredientes, miras tu etiqueta y te dejas llevar por una palabra o una frase que ha llamado tu atención.
Lo más probable es que lo hagas sin darte cuenta y que no percibas la importancia de esas letras que te han cautivado y han sido las responsables de echar a la cesta esa mermelada Heros y no la de Helios ( y eso que las dos empiezan por H). Puede que la elección la hubieras hecho antes de llegar al supermercado, en tu casa, viendo un anuncio en la televisión o en una revista que estabas leyendo en la playa pero si fue así tienes que saber que el copywriting, el texto que acompañaba a ese anuncio de la mermelada se quedó en tu mente y la invadió para convencerte de que la echaras en tu cesta sin fijarte en el resto de marcas.
Con este ejemplo quiero que veas lo importante que son las palabras no solo bien escritas, sin faltas de ortografía sino colocadas de forma estratégica pensando en que el lector actuara de una determinada manera, en este caso de la mermelada, comprar tu bote y no el de la competencia.
El poder del copywriting
El copywriting tiene superpoderes y te voy a contar porqué. El hecho de escribir para vender que es básicamente en lo que consiste el copywriting (pero suena mejor en inglés, ¿verdad?) implica una serie de habilidades que no tiene cualquiera, ni siquiera el mejor de los escritores.
No es algo nuevo sino muy antiguo, que se ha usado durante décadas en las agencias de publicidad y que hoy día se ha extendido al universo de Internet y los millones de usuarios y marcas que se han subido al carro de la revolución digital intentando sobrevivir y hacerse un hueco entre tantas hormiguitas que corretean por la nube.
Ya no vale con tener una página web, perfiles en Redes Sociales y un diseño chulísimo para vender en Internet. Eso lo tiene todo el mundo. Es como si para conseguir un puesto de trabajo nos creyéramos más por el hecho de tener una licenciatura o grado, un máster y saber idiomas. La competencia es tan grande que diferenciarse cada vez es más difícil y por eso tenemos que encontrar esa ventaja diferenciadora debajo de las piedras si hace falta. Ahí es donde entran en juego los textos.
El copywriting consigue conectar con el público al que se dirige y cautivarle para que algo en su cerebro le despierte la curiosidad y el interés por adquirir eso y no lo otro. Da igual el sector del que hablemos porque todos necesitan palabras para enganchar al cliente ideal y cada marca o empresa en la que pienses se beneficiará del uso de la escritura persuasiva en la promoción de sus productos/servicios.
Estamos rodeados de Copywriting
El copy está por todas partes y reconozco que me he empezado a obsesionar con el tema y me fijo demasiado en todo lo que leo cuando voy por la calle, cuando pasa un autobús, leo una revista o voy de compras.
El otro día iba con el coche por Madrid (precisamente volviendo de un evento de redactores digitales organizado por los grandes compañeros Rosa Morel y Javi Pastor) y me fijé en la publicidad de un autobús urbano que decía: «Ahora los bebés vienen de China», con un oso panda envuelto en un pañuelo que sujetaba una cigüeña. ¿Qué quiere decir? Tiene su sentido y su historia porque Chulina es la panda protagonista del parque pero aunque no lo sepas, solo la frase llama tu atención y por eso, y solo por eso, se me ocurrió que el próximo fin de semana voy a llevar a los niños al zoo porque aún no lo conocen.
Estamos rodeados de palabras e igual que cuando hablas con alguien su forma de expresarse, sus gestos o su mirada te embaucan o todo lo contrario, en Internet no contamos con esa comunicación no verbal y por tanto, la importancia de unos buenos textos se multiplica por 10, 100 o 1000.
No digo que el diseño no cuente, que por supuesto es importantísimo (de hecho es algo pendiente en mi web), pero de nada sirve una web con un diseño extra molón si lo que cuentan tus textos no transmiten y no tus ventas no llegan. ¿Me vas pillando?
Por ahora, te dejo que reflexiones sobre esto y que busques más ejemplos como este que te he puesto y si quieres, solo si quieres, lo compartas.